La Municipalidad de San José comenzará a construir una ciudad tecnológica. El terreno abarca 17.000 metros cuadrados.
Por Krisia Chacón Jiménez
El Financiero
Imagine un espacio en plena capital donde pueda estudiar, trabajar e incluso cuente con las opciones para emprender. Un sueño que parece utópico, pero que está en los planes de la Municipalidad de San José.
El cantón se prepara para arrancar con la construcción entre 2019 y 2020, de una ciudad tecnológica que apuesta por albergar empresas especializadas en Investigación y Desarrollo (I+D) e innovación; así como incubadoras y aceleradoras de emprendimientos y una sede del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC).
El centro neurálgico del proyecto se ubicará en un terreno de 17.000 metros cuadrados, propiedad de la Municipalidad, ubicado detrás del Mercado de Mayoreo. La ambición es que desde aquí se extiendan hilos de conexión a "torres tecnológicas" en distintos puntos de los cuatro distritos centrales del cantón (Carmen, Merced, Catedral y Hospital).
Para que la idea de atraer estas empresas, afincadas en zonas francas fuera del casco central, tenga éxito San José debe potenciar su atractivo. En el país ya existen zonas económicas especiales establecidas y con trayectoria, como es el caso de Cartago.
La idea de crear una ciudad tecnológica nació en 2009. Desde entonces se han efectuado estudios de factibilidad y de planeación urbana.
La meta del municipio es que entre el segundo semestre del 2019 e inicios del 2020 se comience a levantar esta ciudad. La inversión del proyecto ronda los $100 millones al precio de mercado actual.
La estrategia del cantón es apostar por su localización, condiciones de movilidad y facilidades comerciales.
El alcalde de San José, Johnny Araya, manifestó que están trabajando en los planes de financiamiento y está puesta sobre la mesa la opción de hacer una alianza público- privada para echar a andar la iniciativa.
El diseño de este espacio está planificado para que sea vertical, es decir una especie de torres tecnológicas en las que se instalarán tanto las empresas transnacionales, como las locales, el sector académico y los hubs de emprendedores.
El municipio realizó estudios que determinaron que el cantón ya no puede expandirse horizontalmente, por lo que la opción más viable es crecer hacia arriba.
La Ley de Zonas Francas permite que la instalación de empresas también sea de forma vertical y con la posibilidad de convivir con otros comercios.
Araya indicó que la ciudad tecnológica podría expandirse debido a que existen terrenos desocupados que están en manos de otros empresarios y que eventualmente podrían ser cedidos para este proyecto.
Las empresas que podrán instalarse en este espacio son las que se desempeñan en cuatro grandes áreas:
1. Ciencias de la vida. Diseño y construcción de dispositivos médicos. Se espera que las empresas incorporen nuevas tecnologías en medicina y se fomente la instalación de laboratorios de investigación.
2. Industrias creativas. Compañías que combinen la informática con la creatividad y que se desempeñen en áreas como la animación digital, producción audiovisual, videojuegos y demás actividades relacionadas con esta industria.
3. Servicios de valor agregado. Actividades que contemplen atención al cliente, contabilidad, ciencias jurídicas, recursos humanos y manejo de operaciones de la mano de tecnologías como inteligencia artificial y big data.
4. Investigación y diseños en inteligencia artificial. El municipio tiene como objetivo atraer compañías que generen investigación y desarrollo de la inteligencia artificial para la vida cotidiana en la ciudad; y que fomenten avances en movilidad urbana, seguridad, salud, educación y convivencia social.
Una de las cartas estrella del proyecto es la participación del TEC, pues las carreras que se impartirían en el centro educativo están pensadas para que sean afines a las empresas que se instalarán en esta ciudad.
Paola Vega, vicerrectora de investigación y extensión del TEC, señaló que se estaría proyectando ofrecer dentro de esta ciudad los posgrados del Tecnológico, ya que los grados de bachillerato y licenciatura ya se ofrecen en el Centro Académico que posee la institución en Barrio Amón.
El TEC terminaría de encajar las piezas para que exista potencial de vinculación entre el sector académico y las empresas que se asienten en la ciudad tecnológica.
"Con nuestra oferta de posgrados en San José, deseamos contribuir con la formación del personal especializado al más alto nivel que nuestro país requiere para crear su propia tecnología y además continuar atrayendo inversión extranjera directa en ciencia y tecnología", acotó Vega.
Los planes académicos es que más personas tengan acceso a los posgrados, pues se trata de un punto estratégico de confluencia de profesionales de Alajuela, Heredia y San José que no necesitarían trasladarse a Cartago.
Otro espacio relevante es el del hub de innovación, donde las incubadoras y aceleradoras de emprendimientos tendrían participación. Ellos contarían con los beneficios que ofrece la ciudad tecnológica, así como la posibilidad de potenciar las relaciones comerciales con las transnacionales.
San José es el cantón con mejores condiciones a nivel nacional, según lo mostró el Índice de Competitividad Cantonal elaborado por la Universidad de Costa Rica 2006- 2016.
El cantón es el número uno en clima empresarial, es decir hay concentración de entidades financieras, tiene un buen porcentaje de empresas que exportan, es competitivo y tiene gran concentración de actividades económicas.
Además, sale bien posicionado en el pilar económico, en donde ocupa el segundo puesto de 81 cantones a nivel nacional. En los pilares de infraestructura y gobierno se posiciona en el tercer lugar.
Sin embargo, su talón de Aquiles está en la calidad de vida que le ofrece a sus habitantes, en donde se coloca en el lugar 32. Este cantón es donde más suceden robos y asaltos, además posee una alta tasa de mortalidad por homicidios.
Con la instalación de la ciudad tecnológica, las autoridades municipales esperan hacer de San José un lugar más seguro y moderno.
El cantón tiene como objetivo la reactivar la capital como un centro de desarrollo, que permita la atracción de inversiones en el área de servicios relacionados con tecnologías de información y la consolidación de un campus tecnológico en la ciudad.
Vanessa Gibson, directora de Cinde, afirmó que formar otros polos de desarrollo siempre será positivo para ampliar las oportunidades que tienen los inversionistas de venir al país y generar nuevas oportunidades de empleo para los costarricenses. Es el caso de Cartago, que creó las condiciones adecuadas para atraer inversión por medio de la Zona Económica Especial y los resultados que ya están obteniendo.
La institución está tomando un rol de asesor y propulsor de ideas que ayuden a mejorar el atractivo de diferentes comunidades para estimular las inversiones.
Como señaló Gibson, Cartago ya ha visto los beneficios de contar con una Zona Económica Especial (ZEEC) en la que interactúen diferentes sectores. Esta iniciativa ya tiene 10 años de estar en operación y ha generado más de 5.000 empleos directos.
La estrategia ZEEC, nació con el fin de reactivar la economía y el clima de inversión en Cartago a partir de un desarrollo empresarial de encadenamientos y alianzas estratégicas.
La especialización de la zona económica radica en empresas dedicadas a los sectores de dispositivos médicos, manufactura avanzada, servicios y agroindustria. Entre ellas se encuentran Baxter, Preinsa, Kimberly Clark, Sinsa y las nuevas empresas instaladas en Zona Franca La Lima como Edwards Lifesciences, Zollner e Itek.
San José quiere tomar posición de los terrenos que están abandonados para incentivar la innovación y así lavarle la cara a una capital que se ha teñido de contaminación y delincuencia.